“Juntos podemos construir una comunidad más fuerte y un entorno mejor para todos”

“Juntos podemos construir una comunidad más fuerte y un entorno mejor para todos”

El equipo comunitario de San Cristóbal de Los Ángeles forma parte del Servicio de Apoyo a la Intervención Comunitaria del Departamento de Servicios Sociales de la Junta Municipal de Villaverde. El equipo teje redes entre los distintos actores del barrio al tiempo que dinamiza proyectos

Por Carmen Esteban

En el corazón de San Cristóbal de los Ángeles, un barrio con una fuerte tradición de lucha y organización vecinal, Sara, Andrea y Raquel desempeñan un papel fundamental en la construcción de comunidad. Como parte del equipo comunitario, su labor no solo consiste en tejer redes entre vecinos, asociaciones y administraciones, sino en fortalecer el sentido de pertenencia y empoderar a quienes viven en el barrio.

Desde dinamizar encuentros hasta impulsar proyectos que dan voz a la diversidad del barrio, su trabajo es una mezcla de escucha activa, creatividad y compromiso. En esta entrevista muestran de primera mano su labor, los desafíos a los que se enfrentan y las iniciativas con las que están transformando San Cristóbal en un espacio más unido y resiliente.

PREGUNTA. ¿Cuál es la misión principal del equipo comunitario en San Cristóbal?

RESPUESTA. Nuestro trabajo consiste en generar lazos y relaciones dentro del barrio, conectando a los diferentes agentes que lo componen: vecinos, asociaciones, servicios públicos y la administración. Creemos que el barrio no está formado solo por quienes viven en él, sino también por quienes trabajan aquí y por quienes toman decisiones que afectan a la comunidad.

Una parte fundamental de nuestra labor consiste en facilitar espacios de diálogo donde todos estos actores puedan compartir sus preocupaciones y proponer soluciones conjuntas. Para ello, realizamos diagnósticos comunitarios en los que recogemos las percepciones del barrio sobre diferentes áreas como empleo, educación, salud o convivencia. A partir de este análisis, organizamos talleres y grupos de trabajo que buscan responder a los retos identificados, siempre desde una lógica de cooperación y corresponsabilidad.

P. ¿El equipo comunitario desarrolla proyectos propios o solo facilita los de otras organizaciones?

R. Nuestro papel principal es el de facilitadoras de procesos, pero eso no significa que no pongamos en marcha iniciativas propias. Una de las claves de la intervención comunitaria es que no imponemos proyectos previamente diseñados, sino que trabajamos a partir de las necesidades que expresan los vecinos y los diferentes agentes del barrio.

Por ejemplo, recientemente hemos desarrollado una guía de recursos comunitarios, recopilando información sobre todas las entidades, asociaciones y servicios disponibles en el barrio. También llevamos a cabo actividades para fomentar la convivencia, como encuentros interculturales o espacios de diálogo sobre temas clave para la comunidad. Más allá de las iniciativas concretas, nuestro proyecto principal se centra en lograr que el barrio tenga sus propios mecanismos para identificar problemas y encontrar soluciones colectivas.

P. ¿Y cómo garantizáis que la información y las iniciativas comunitarias lleguen a la mayor cantidad de vecinos posible?

R. Contamos con un plan de comunicación con diferentes estrategias adaptadas a distintos públicos. La forma más efectiva de difusión sigue siendo el contacto directo, estar presentes en el barrio, participar en actividades y hablar con la gente. Creemos mucho en la importancia del boca a boca y de que la comunidad nos vea implicadas en las iniciativas del barrio.

Además, en el Programa de Intervención Comunitaria del que formamos parte tenemos herramientas digitales como un blog comunitario (intervencioncomunitariavillaverde.org) donde publicamos noticias y un calendario de actividades del barrio y del distrito. También editamos, junto con el resto de servicios del Programa, la revista Distrito 17, que recoge iniciativas vecinales y buenas prácticas. A nivel más específico, elaboramos hojas informativas sobre los avances de los procesos comunitarios y utilizamos redes sociales como Instagram y WhatsApp para llegar a distintos grupos.

P. Sabemos que San Cristóbal es uno de los barrios de Madrid con más cultura y tejido asociativo. ¿Qué impacto ha tenido la historia asociativa de Villaverde en momentos críticos como la pandemia?

R. La historia asociativa de San Cristóbal y, en general, de Villaverde ha sido clave para la respuesta comunitaria durante la pandemia. San Cristóbal tiene una larga trayectoria de autoorganización y de trabajo en red entre asociaciones, vecinos y servicios públicos, lo que permitió reaccionar de manera rápida y eficiente en un momento de crisis.

Desde el inicio de la pandemia, el barrio activó redes de apoyo vecinal que ya existían o que surgieron de manera espontánea, como la Red de Cuidados de San Cristóbal. En pocos días, se organizaron repartos de alimentos, apoyo escolar online y acompañamiento a personas mayores y vulnerables. Esta capacidad de movilización fue posible porque ya había un tejido comunitario consolidado y una cultura de colaboración entre diferentes agentes.

Un estudio del CSIC analizó la respuesta de distintos barrios de Madrid ante la crisis sanitaria y concluyó que San Cristóbal fue el único barrio que logró romper con su “destino epidemiológico”. Es decir, por sus condiciones socioeconómicas, se esperaba que fuera uno de los barrios más golpeados por la pandemia, pero gracias a la acción comunitaria, su impacto fue menor de lo previsto. Esto demuestra que cuando hay redes de apoyo fuertes, la comunidad puede afrontar mejor las situaciones de crisis y reducir sus efectos negativos.

P. Uno de los principales problemas del barrio es su estigmatización, en gran medida alentada por los medios de comunicación. ¿Cómo contribuye el equipo comunitario a erradicar esta imagen del barrio de San Cristóbal?

R. La estigmatización de San Cristóbal es un problema profundo que afecta a la percepción externa del barrio, pero también a la autoestima de quienes viven aquí. Muchas veces, los medios de comunicación refuerzan esta imagen negativa, centrándose en problemas como la delincuencia o la droga sin mostrar la otra cara: la de un barrio lleno de vida, con un tejido asociativo muy fuerte y con proyectos innovadores en marcha.

Desde el equipo comunitario trabajamos activamente en la desestigmatización del barrio a través de distintas estrategias. Una de las iniciativas más importantes es la Comisión de Identidad y Embellecimiento. Su objetivo es cambiar la narrativa sobre San Cristóbal, promoviendo una imagen más justa y positiva del barrio. Dentro de esta campaña, hemos impulsado acciones como la creación del corto En San Cris no nos comemos a nadie, que utiliza el humor para desmontar prejuicios.

Otra línea de trabajo es la formación en portavocía para vecinos y vecinas. Organizamos talleres para que la gente del barrio tenga herramientas para responder cuando los medios de comunicación se acercan a cubrir noticias. No queremos que solo se hable de San Cristóbal cuando ocurre un problema, sino que también se destaquen las iniciativas vecinales, los proyectos educativos y culturales, y el impacto positivo del trabajo comunitario.

También hemos impulsado un paseo con profesorado, dirigido a los docentes que llegan nuevos al barrio. Muchas veces, los docentes vienen con ciertos prejuicios porque han escuchado comentarios negativos sobre San Cristóbal. A través de esta actividad, les mostramos el barrio desde dentro: su historia, sus proyectos y su gente. Esto les ayuda a tener una visión más realista y a generar vínculos con la comunidad.

Además, trabajamos para que el propio barrio se reapropie de su identidad. Durante años, la mala imagen ha afectado a la percepción interna de los vecinos y vecinas, especialmente de los más jóvenes, que a veces sienten que tienen menos oportunidades solo por vivir aquí. Queremos romper con esa idea y reforzar el orgullo de barrio. Un ejemplo de esto fue la campaña de memes creados por jóvenes, en la que usaron el humor para responder a los estereotipos negativos.

P. En San Cristóbal, uno de cada cuatro habitantes es de origen migrante.  ¿Cómo garantiza el equipo comunitario la inclusión de todas las identidades en sus proyectos?

R. Trabajamos para asegurar que todas las identidades estén representadas en nuestros proyectos mediante la participación diversa en las mesas comunitarias y los procesos de diagnóstico. San Cristóbal es un barrio muy multicultural y nos esforzamos por incluir todas las perspectivas, desde la población joven hasta la mayor, y de diferentes procedencias. Además, estamos en un constante proceso de aprendizaje y revisión de nuestros enfoques para corregir cualquier exclusión y romper prejuicios. Queremos que todos se sientan parte de la comunidad y que sus voces sean escuchadas y valoradas.

P. Según vuestro trabajo en el barrio, ¿cuáles creéis que son las principales urgencias en San Cristóbal?

R. Las principales urgencias del barrio incluyen el acceso a la vivienda, la oferta de ocio para jóvenes, aunque en menor medida, y la inversión administrativa en la limpieza y preparación de las calles. El acceso a la vivienda es un problema crítico, con desahucios y dificultades para alquilar alojamientos adecuados. Muchas familias se ven obligadas a vivir en condiciones de hacinamiento, compartiendo habitaciones debido a la falta de opciones de alquiler asequibles. Además, hay un problema significativo con la venta de viviendas a inversores, lo que agrava aún más la situación.

En cuanto al ocio para jóvenes, aunque existen recursos y asociaciones que ofrecen actividades alternativas, siempre hay una demanda de más espacios autogestionados donde los jóvenes puedan desarrollar sus propias iniciativas. La autoorganización juvenil ha sido histórica en San Cristóbal, pero se necesita más apoyo para mantener y expandir estas actividades.

Finalmente, el problema de la limpieza y el mantenimiento del barrio es una preocupación de todos los agentes de la comunidad que afecta a la calidad de vida de los residentes y contribuye a la percepción negativa del barrio y requiere de un abordaje integral que contemple actuaciones desde distintos enfoques.

P. Para finalizar, ¿qué mensaje daríais a la ciudadanía y a las administraciones públicas?

R. Invitamos a la ciudadanía madrileña a conocer el barrio de San Cristóbal. Queremos que participen en las actividades comunitarias y que ayuden a romper los estigmas que rodean al barrio. Los animamos a informarse sobre las iniciativas positivas que se están llevando a cabo y a demandar procesos colaborativos en sus propios barrios. Juntos podemos construir una comunidad más fuerte y un entorno mejor para todos.

Como recurso de la administración municipal, valoramos positivamente que se generalizaran los apoyos financieros y técnicos a iniciativas que promuevan procesos comunitarios como a los que hemos hecho referencia, que posibiliten la interacción de todos los protagonistas de la comunidad (ciudadanía, técnicos y administración) en el abordaje de las necesidades y la generación de propuestas colaborativas que mejoren la vida en los barrios.

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